El Kilimanjaro se queda sin nieves. Los últimos glaciares de la mítica montaña desaparecerán en 15 años

Si uno de sus viajes tiene como destino el Kilimanjaro (Tanzania) y aspira a hacerse una foto con su cumbre nevada de fondo, más vale que se dé prisa: los glaciares se habrán fundido entre el 2015 y el 2020 a consecuencia del calentamiento del planeta, según advierte un equipo internacional de glaciólogos en una investigación que se presenta hoy en la revista "Science".

Fusión irreversible. La cumbre del Kilimanjaro, en una imagen tomada en los años setenta (arriba) y en la actualidad (abajo). Lonnie Thompson

La investigación muestra que los glaciares del Kilimanjaro han perdido un 80% de su superficie en el último siglo y que la fusión del hielo se ha acelerado en los últimos años. Si el grosor del mayor glaciar de la montaña se ha reducido una media de 45 centímetros anuales desde 1962, sólo en el año 2000 la reducción fue de 109 centímetros.

"Creo que ya no podemos hacer nada para evitar la desaparición de estos glaciares. Es demasiado tarde", ha declarado por correo electrónico Lonnie Thompson, investigador de la Universidad del estado de Ohio (EE.UU.) y primer autor del trabajo.

Lo que se pierde con las "nieves del Kilimanjaro" -irrepetible título de Hemingway- es más que una imagen de postal. Para el Gobierno de Tanzania se funde una importante fuente de ingresos: 20.000 turistas visitan cada año la montaña y falta ver cuántos de ellos seguirán acudiendo cuando haya perdido su sombrero blanco. Para las poblaciones que viven en la base de la montaña y que dependen del agua que baja de los glaciares, se pierde un recurso vital. Según Lonnie Thompson, "debemos darnos cuenta de que muchas de nuestras acciones provocan cambios irreversibles en el medio ambiente y de que todavía estamos a tiempo de prevenir cambios aún más graves en el futuro".

Parte de la investigación se ha basado en monitorizar el retroceso de los tres glaciares del Kilimanjaro con receptores GPS, así como en comparar la extensión actual del hielo con datos y fotografías del pasado.

Estos datos han mostrado que la superficie del hielo se ha reducido de 12 km2 en 1912 a 2,6 km2 en el año 2000, lo que representa una pérdida del 80%. En los dos últimos años, el límite del glaciar norte, el mayor del macizo, ha retrocedido más de dos metros. "Son más de dos metros perdidos en una pared de cincuenta metros de altura, cosa que representa una cantidad de hielo enorme", advierte Thompson.

También el grosor del hielo se ha reducido. Entre febrero del 2000 y febrero del 2001, el glaciar norte perdió 1,09 metros de altitud; el glaciar sur, 1,08; y el glaciar Fürtwangler, el más pequeño, 64 centímetros. Y si en los dos glaciares principales el hielo aún es de alta calidad, el tercero está saturado de agua.

Una estación meteorológica instalada durante una expedición a la cumbre de la montaña en el 2000 -expedición en la que el equipo permaneció un mes a más de 5.800 metros de altitud y que Thompson describe como una "pesadilla logística"- ha revelado que, pese al cambio climático, no ha dejado de nevar en el Kilimanjaro. Pero la nieve que cae, que no llega a los cien milímetros mensuales de precipitación, ya no es suficiente para compensar el hielo que se funde. "Los glaciares son como cuentas bancarias", explica.

Douglas Hardy, coautor de la investigación, en un comunicado difundido por la Universidad de Massachusetts (EE.UU.). "Ambos almacenan una cantidad (de dinero o de hielo) y se regulan por el balance entre ingresos -las precipitaciones- y gastos -la fusión del hielo-." Si los ingresos son superiores a los gastos, el glaciar crece; si los gastos son superiores, el glaciar se reduce.

Los expertos extrajeron seis largas columnas de hielo de los tres glaciares del Kilimanjaro. Como el hielo de cada año se acumula sobre el del año anterior, analizar la composición química del hielo a distintas profundidades permite reconstruir el clima en el pasado. En épocas cálidas y húmedas se acumula una cantidad elevada de oxígeno 18; en épocas más frías y secas, una cantidad inferior. A partir de este análisis, los investigadores han deducido que hace unos 4.000 años, la zona del Kilimanjaro sufrió una severa sequía que duró tres siglos y coincidió con revueltas sociales en Egipto, Mesopotamia e India.

Asimismo, han calculado que el hielo de la base del glaciar norte, a 50 metros de profundidad, tiene una antigüedad de más de 11.000 años. Esto significa, escriben en "Science", que en ninguna época de los últimos once milenios se han dado condiciones tan extremas como las que se dan hoy día para provocar la fusión total de los glaciares.

Fuente: La Vanguardia (20/10/2002)